Jonathan Haskel es catedrático de Economía en la Escuela de Negocios del Imperial College de Londres, cargo que compagina con el de Director de Investigación de la Escuela y Miembro del panel de expertos de la Comisión de Competencia del Reino Unido. Hace unos días impartió una sesión en el mid-term meeting del proyecto INDICSER al que hacía referencia José Manuel Pastor en una entrada anterior. Como allí se mencionaba, en la reunión celebrada en Valencia se discutieron los distintos Workpackages del proyecto cuyo objetivo final es mejorar nuestra comprensión del funcionamiento de los servicios, comenzando con la métrica, con los problemas que plantean la construcción de indicadores en áreas especialmente problemáticas como la salud, la educación y la investigación.
El profesor Haskel participó como conferenciante invitado dentro del Workpackage 2 destinado al análisis de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la Innovación. En su intervención resumió las principales características del proyecto ya finalizado COINVEST, también financiado por el 7º programa marco de la UE, del que ha sido director.
El proyecto COINVEST está estrechamente ligado al proyecto EU KLEMS del 6º programa marco, y a los proyectos INNODRIVE e INDICSER del 7º. Todos ellos tienen como referente las contribuciones de Dale Jorgenson, y sus discípulos como Chuck Hulten, Barbara Fraumeni o Kevin Stiroh. Su punto de partida es el trabajo de Corrado, Hulten y Sichel (2006), extendido luego por numerosos trabajos realizados, además de por los propios autores, por The Conference Board para una serie amplia de países entre los que se encuentra España; Hao et al (2009) para Alemania, Francia, Italia y España; Marrano et al. (2009) para el Reino Unido; Jalava et al. (2007) para Findlandia; Fukao et al. (2009) para Japón; Edquist (2009) para Suecia; Van Rooijen-Horsten et al. (2008) para Holanda y Barnes y McClure (2009) para Australia entre otros.
Todos ellos parten de considerar que hay muchas más cosas Beyond GDP y que los intangibles son una de ellas, seguramente la cuantitativamente más importante. Un ejemplo ilustra muy bien lo que se entiende por intangibles. Mientras la economía de Henry Ford estaba basada en máquinas (= capital tangible), la economía del iphone está basada en el conocimiento (= capital intangible). ¿Qué clase de capital intangible se encuentra tras el iphone? Pues un poco de I+D pero también la combinación de esta con el diseño, el desarrollo de software; un marketing inteligente; o la filosofía y organización empresarial, sin olvidar a Steve Jobs, etc.
Los intangibles constituyen una inversión en conocimiento por parte de las empresas. Si son una inversión, deben recibir el mismo tratamiento que cualquier otro activo que proporciona servicios de capital y, por tanto, ser sujetos a capitalización.
El trabajo del profesor Haskel amplía los límites de los intangibles a un conjunto más amplio de activos que los previamente considerados por Corrado et al. Su metodología la aplica a seis países (Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal, Suecia y Bulgaria) calculando el impacto de los intangibles en la productividad del sector servicios, distinguiendo también por ramas de actividad, y buscando ligar los resultados obtenidos desde una perspectiva macro con la que se desprende de los estudios basados en microdatos.
Algunos de los resultados de su estudio son los siguientes:
- Hay una amplia diversidad entre los seis países analizados. Suecia y Reino Unido son los que utilizan los intangibles de forma más intensiva; el Reino Unido concentra muchos recursos en el aprendizaje, mientras que Suecia invierte mucho en I+D y Portugal hace mucho diseño. Alemania concentra la mayor parte de su inversión en intangibles en la industria manufacturera y el Reino Unido en los servicios.
- La contribución de los intangibles al crecimiento de la productividad en Suecia han sido muy elevados, y muy superiores a la del capital físico, mientras que en el Reino Unido, EE. UU. y Francia la contribución de ambas formas de capital fueron de similar órdenes de magnitud. En cualquier caso, el principal resultado es que la inversión en intangibles tiene un impacto muy notable en el crecimiento de la productividad.
- Por lo tanto, a mayor inversión en intangibles mayor crecimiento de la productividad. Esta inversión, como porcentaje del PNB, es tanto mayor cuanto: a) más flexible es el mercado de trabajo; b) menores son las barreras a la entrada de nuevas empresas; c) mayor es la inversión pública en I+D. España ocupa una posición muy rezagada de acuerdo con los dos primeros indicadores pero no del último.
Gracias por aportar este documento. Viene de perlas cuando se está hablando de la movilidad laboral y la formación para las nuevas ofertas de trabajo.
Lamento ser de esa generación de españoles que siempre estudiamos inglés y nunca tuvimos la oportunidad de aprenderlo bien.
El análisis de Jonathan Haskel y la profundización en el conocimiento económico de los intangibles señalan, a mi parecer, una de las minas del pensamiento y la investigación económica de futuro en las sociedades tecnológicamente avanzadas.
Como dice bien Matilde Mas, son aquellas cosas que están “más allá del PIB”, del PIB tal como ahora lo definimos y que los economistas tendrán que redefinir más pronto que tarde si no quieren quedarse viejos.
A todas esas cosas intangibles “más allá del PIB” ya las he definido como “economía inmaterial”. Es un concepto a pulir y acotar, pero tengo elaboradas y comentadas brevemente un conjunto de hipótesis sobre la teoría de la economía inmaterial que voy a poner en común con los creadores y lectores de este blog, abusando de su amabilidad, con el ánimo de estimular la reflexión colectiva y abrir nuevos puntos de vista sobre los bienes económicos intangibles. Allá van.
Mi primera hipótesis es que las sociedades avanzadas están en tránsito de la economía material a la economía inmaterial, y este tránsito comporta una reformulación de la teoría económica.
La segunda hipótesis dice que las fuerzas que la economía inmaterial genera en una sociedad cambian los modos de producción, inversión, consumo y distribución hasta ahora dominantes.
La tercera hipótesis afecta al mercado, tal y como hasta ahora lo concebimos, pues afirma que el desarrollo de la economía inmaterial atribuye al mercado un papel secundario en la organización económica de la sociedad, ya que el mercado no es eficaz para asignar los recursos de este tipo de economía.
La cuarta hipótesis dice que la producción masiva de bienes inmateriales – cuyo consumo puede ser ilimitado al ser ilimitados los recursos que emplea – cambia los fines de la organización económica humana e impacta en los fines de la economía material, sustituyendo el instinto de la codicia como motor de la economía por el instinto del conocimiento y la comunicación. La crisis de 2008 nos ha advertido que es urgente sustituir el instinto de la codicia como motor de la economía.
La quinta hipótesis sostiene que la eficiencia económica de una sociedad es óptima cuando se equilibra en la misma la presencia de los principios de libertad, igualdad y fraternidad. La búsqueda de ese equilibrio debe de ser una prioridad de los políticas económicas públicas.
La sexta hipótesis relaciona la economía material con la inmaterial al establecer que la economía inmaterial necesita de la material para desarrollarse, y la economía material necesita de la economía inmaterial para transformarse. A esta dependencia de doble dirección la llamo el “dilema de la supervivencia”.
La última hipótesis dice que el desarrollo de la mecanización inteligente producirá la universalización del acceso sin exclusiones al mercado de la economía material, lo que asegurará a todos los humanos el sustento material.
Podemos empezar por contrastar la primera hipótesis definiendo y midiendo el volumen actual de la economía inmaterial en España. Partir de los intagibles puede ser un buen principio. Ello nos obligará a resituar los sectores económicos y la estructura del PIB español. ¿Alguien se atreve?.