La economía española ha experimentado un largo proceso de crecimiento y modernización durante las dos últimas décadas del siglo XX y los primeros años del XXI. La mejora de la cualificación de la población en edad de trabajar y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo son dos elementos muy destacados en este proceso. En los últimos años se produce también un incremento importante de la población activa y una expansión muy notable de la población ocupada.
Este proceso se trunca a finales de 2007 por efecto de la crisis financiera internacional que pone en evidencia algunas de las conocidas debilidades de nuestro modelo de crecimiento: baja productividad, peso excesivo del sector de la construcción, acumulación de riesgos en el sector financiero, etc. Es una historia sabida y no pretendo incidir sobre ello. El foco de este comentario es apuntar en trazo grueso lo que está sucediendo en estos años de crisis con la desigualdad y el bienestar en España y sus comunidades autónomas.*
Para medir la desigualdad recurrimos al índice de Theil, entre otras posibles medidas, ya que permite un análisis de la desigualdad “entre” y “dentro de” las comunidades, gracias a sus propiedades de descomponibilidad. Para aproximar el bienestar tomamos un indicador compuesto que viene dado por la renta per cápita deflactada por dos variables que afectan a la capacidad de disfrutar de esa renta: la desigualdad y la tasa de desempleo de larga duración (más de doce meses buscando trabajo sin éxito). Tomar en cuenta la desigualdad supone introducir consideraciones distributivas en la evaluación del desarrollo. Con el desempleo de larga duración introducimos consideraciones de integración social en la evaluación del bienestar puesto que supone, además de una pérdida de recursos productivos, un elemento de desintegración personal, familiar y social muy importante.
La desigualdad en España en los años de la crisis
La desigualdad en España muestra un patrón común en sus territorios durante buena parte de los últimos treinta años. Se caracteriza por una reducción continuada, especialmente durante los años 80, hasta el año 2003 donde aparece un repunte de la desigualdad y comportamientos más diferenciados entre las comunidades autónomas. Una de las causas de este incremento de la desigualdad es la incorporación al mercado laboral de un volumen muy importante de trabajadores no cualificados (esencialmente inmigrantes).
¿Cuál ha sido el impacto de la crisis de estos últimos años sobre la distribución de la renta? El gráfico 1 nos ofrece los datos relativos al periodo 2007–2009, tomando el índice de Theil como la medida de desigualdad. Hay dos mensajes esenciales que se derivan de la lectura de estos datos. El primero, que la desigualdad en su conjunto no ha aumentado como efecto de la crisis, contra lo que cabría suponer. El segundo, que el comportamiento de las distintas comunidades autónomas está siendo muy desigual. Así, vemos que hay comunidades cuya desigualdad aumenta en más del 17 % (Navarra) mientras que en otras se reduce en más de un 26 % (Castilla y León), con un valor para España en su conjunto muy próximo a cero.
Si analizamos ahora la parte de la desigualdad total que se explica por la desigualdad entre las personas (desigualdad dentro de las comunidades) y desigualdad territorial (desigualdad entre las comunidades), observamos dos aspectos muy relevantes. Primero, que casi toda la desigualdad se explica por la desigualdad entre las personas (95% o más). Segundo, que la crisis ha aumentado las diferencias en la desigualdad entre los territorios.
Cuadro 1: Descomposición de la desigualdad total en desigualdad “dentro de” y desigualdad “entre” comunidades. España, 2007 y 2009
Desigualdad “dentro de” comunidades |
Desigualdad “entre” comunidades |
% Desigualdad “dentro de” |
% Desigualdad “entre” |
|
2007 |
0,1563 |
0,0024 |
98,5 |
1,5 |
2009 |
0,1501 |
0,0083 |
94,8 |
5,2 |
El impacto de la crisis en la renta y el bienestar social en España
Durante el periodo 2007–2009 la renta per cápita ha caído más de un 5% de media en España. Todas las comunidades han sufrido reducciones en su renta per cápita, si bien hay diferencias notables entre ellas. El gráfico 2 resume la información sobre la magnitud de la reducción experimentada. Los datos muestran que, en general, el norte de España junto con Extremadura presentan caídas sensiblemente inferiores a la media nacional. En el otro extremo se sitúan la Comunidad Valenciana, Canarias y Baleares, con reducciones en torno al 7%. Las comunidades más pobladas, Andalucía, Cataluña y Madrid, han experimentado reducciones muy similares a la media nacional.
El cuadro 2 contiene los datos de la tasa de paro de larga duración en España durante este periodo. Los datos ponen de manifiesto las diferencias de juicio que pueden formularse cuando consideramos datos absolutos o relativos. En efecto, Canarias y Andalucía son las dos comunidades con mayores crecimientos (y mayores valores) absolutos en el porcentaje de parados de larga duración. Sin embargo, la variación relativa de esta variable muestra que Andalucía ha incrementado el número de parados de larga duración menos que la media nacional. Canarias ha visto aumentar esta variable más que la media nacional, pero bastante menos que Murcia o la Comunidad Valenciana.
Cuadro 2: Tasa de paro de larga duración en España y sus comunidades (2007–2009)
|
2007 |
2008 |
2009 |
Incremento absoluto |
Incremento Relativo |
Andalucía |
3,68 |
4,55 |
8,23 |
4,55 |
123,84 |
Aragón |
1,15 |
1,16 |
2,86 |
1,71 |
148,39 |
Asturias |
3,22 |
2,62 |
4,75 |
1,53 |
47,52 |
Baleares |
0,96 |
1,20 |
3,71 |
2,75 |
287,86 |
Canarias |
2,96 |
4,23 |
8,79 |
5,83 |
196,71 |
Cantabria |
1,46 |
1,27 |
2,91 |
1,45 |
98,87 |
Castilla y León |
2,06 |
2,42 |
4,31 |
2,25 |
109,41 |
Castilla-La Mancha |
1,91 |
2,37 |
5,23 |
3,32 |
173,32 |
Cataluña |
1,67 |
1,74 |
4,29 |
2,61 |
155,94 |
Comunidad Valenciana |
1,88 |
2,31 |
5,93 |
4,05 |
215,51 |
Extremadura |
4,31 |
4,66 |
6,78 |
2,47 |
57,41 |
Galicia |
2,42 |
2,47 |
3,82 |
1,40 |
57,84 |
Madrid |
1,56 |
1,66 |
3,86 |
2,30 |
146,98 |
Murcia |
1,55 |
2,22 |
5,17 |
3,62 |
233,84 |
Navarra |
1,09 |
1,12 |
2,23 |
1,14 |
104,06 |
País Vasco |
1,91 |
1,83 |
3,30 |
1,39 |
72,70 |
La Rioja |
1,33 |
1,56 |
3,51 |
2,18 |
163,59 |
España |
2,22 |
2,55 |
5,26 |
3,04 |
137,27 |
Si efectuamos ahora una evaluación del bienestar combinando la evolución de la renta per cápita con la desigualdad y el desempleo de larga duración, conforme a la ecuación [1], obtenemos los siguientes resultados que figuran en el gráfico 3.
Dentro de la tónica general de deterioro, destaca negativamente la situación de Canarias, Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana, con pérdidas porcentuales bastante superiores a la media nacional. Andalucía, Castilla y León y Cataluña, muestran también caídas superiores a la media nacional. En el otro extremo se sitúan Castilla-La Mancha, Galicia y el País Vasco, con valores mucho mejores que la media. Sin duda el peso relativo del sector de la construcción y el grado de formación de la población en edad de trabajar son una parte importante de la explicación de estas diferencias.
*Los datos relativos a la desigualdad provienen de Francisco J. Goerlich “Bases de Datos de Índices de Desigualdad: EPF”, mimeo, (2011). Los datos relativos a la renta y al desempleo, del Instituto Nacional de Estadística.
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