Este sábado se ha publicado un Real Decreto que modifica el sistema de fondos de garantía de depósito y responde a la necesidad de hacer frente a la guerra del pasivo. ¿Veremos una reducción de los extratipos como consecuencia de la aplicación de la ley?
En marzo de 2010 el Banco Santander declaró la guerra del pasivo ofreciendo un 4% en un depósito a plazo a 12 meses, tipo que se situaba muy por encima del euríbor (1,215 a 12 meses). Una vez iniciada la guerra, la reacción lógica fue el contraataque por parte de otras entidades de crédito que tuvieron que defenderse para no perder cuota de mercado. Desde entonces la guerra aún perdura, como demuestra el hecho de que numerosos entidades ofrecen hoy día tipos por encima del 4% (algunos llegan casi el 5%) cuando el euríbor a 12 meses se sitúa en el 2,147 (dato de mayo de 2011).
Como ilustra el gráfico 1, los tipos de interés de los depósitos (se utilizan las series que ofrece el Banco de España sobre operaciones nuevas) vienen aumentado desde inicios de 2010. Se aprecia claramente la subida que tuvo lugar en abril de 2010 justo en el momento en el que el Santander inició la guerra. No obstante, se observa que la subida de tipos se produce en un contexto en el que también sube el euríbor, de forma que el diferencial con respecto a este tipo de interés se reduce bruscamente desde el último trimestre de 2010.
Si distinguimos en el análisis entre cajas y bancos, el gráfico 2 muestra que si bien inicialmente fueron los bancos los más agresivos ofreciendo tipos pasivos superiores a las cajas, desde finales de 2010 los tipos son prácticamente similares, abriéndose una ligera brecha en abril de 2011 a favor de las cajas, que son las que mejor remuneran los depósitos.
Cuando los tipos pasivos superan ampliamente los de referencia del mercado monetario, es la cuenta de resultados de las entidades la que acaba pagando la factura. Y dado que el horno no está para bollos en un contexto macroeconómico incierto en el que las entidades financieras están sufriendo las consecuencia de la crisis (subida de la morosidad y de los activos dañados y, en consecuencia, la necesidad de detraer del resultado fondos para provisionar las pérdidas), es lógico que tanto el Banco de España como el propio Gobierno hayan criticado abiertamente el daño que conlleva esa agresiva política de precios en la coyuntura actual.
Para hacer frente a la guerra, el Gobierno ha dado una vuelta de tuerca más mediante la aprobación de un nuevo Real Decreto que afecta a las entidades financieras. El RD aprobado el pasado 3 de junio penaliza a las entidades que paguen tipos por encima de un determinado umbral en relación al euríbor. En concreto, para los depósitos con vencimiento hasta 3 meses, el umbral se ha fijado en 150 puntos básicos (pb); para los que tienen vencimiento de 3 a 12 meses, el umbral también es de 150 pb; y en los que vencen a 12 o más meses, el umbral está en 100 pb. Y la penalización consiste en multiplicar por 5 la contribución al Fondo de Garantía de Depósitos.
Para entender la guerra del pasivo es importante no olvidar que desde hace ya varios meses las entidades de depósito españolas tienen serias dificultades para obtener financiación en los mercados mayoristas, como demuestra el hecho de que solo unas pocas entidades han conseguido financiación pagando elevados precios. Por tanto, en esta coyuntura, las entidades se ven obligadas a recurrir al depósito para hacer frente a vencimientos de deuda, por lo que los extratipos que acaban pagando no son tan altos en comparación con lo que les exigirían los mercados mayoristas. En consecuencia, como argumentaba aquí, más que una estrategia suicida, los extratipos que pagan algunas entidades devienen una necesidad.
¿Será efectiva la medida del Gobierno para frenar la guerra del pasivo? Yo tengo serias dudas ya que, de mantenerse el cierre de los mercados de deuda, las entidades no tendrán más remedio que lanzarse a la caza del depositante para conseguir financiación. No obstante, la ventaja de la medida es que por primera vez en la historia del Fondo de Garantía de Depósitos español se va a tener en cuenta el riesgo a la hora de fijar las contribuciones al fondo, lo que es de sentido común.
Cinco Días publica hoy este análisis de Joaquín Maudos en el que valora la conveniencia de que en lo sucesivo las aportaciones al FGD varíen en función del riesgo asumido por las entidades, entre otras cuestiones.