Desde que comenzó la crisis financiera internacional en el verano de 2007 la economía española se ha visto sometida a unos shocks sin precedentes en su historia económica reciente: pinchazo de la burbuja inmobiliaria, crisis financiera y de la deuda soberana…
En estos momentos el foco de atención está en las medidas más urgentes: reforma del mercado de trabajo, ajustes presupuestarios en las AA. PP. y saneamiento de parte de las entidades de crédito. Sin embargo, además de las consecuencias de estos shocks, existe en España otro problema de fondo derivado de una de sus debilidades tradicionales: una estructura de la actividad concentrada en sectores de reducida productividad, que también limita las posibles salidas de la crisis en el medio plazo. Es precisamente este aspecto el que fue tratado hace unos días en un seminario organizado por la Fundación BBVA y el Ivie. Allí se resaltó que el imperioso cambio de modelo productivo es una tarea en la que las empresas tienen un papel esencial. De acuerdo con las conclusiones del seminario, entre los principales retos de las empresas están la importancia de la estructura de mercado, la competencia y la deslocalización para la competitividad empresarial, la estructura organizativa, los incentivos al desarrollo del capital humano y la inversión en I+D por parte de las empresas así como las políticas para incentivarla.
Entre los ponentes estaba Emilio Huerta, catedrático de la Universidad Pública de Navarra, que habló de innovación y competitividad de la empresa española y al que aprovechamos para hacerle esta entrevista:
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