En esta segunda entrega (aquí la primera) voy a analizar algunas de las estimaciones del tamaño de la economía sumergida en España, así como su dimensión sectorial y regional.
Estimaciones de la economía sumergida en España
En el gráfico 1 se han representado distintas estimaciones del tamaño de la economía sumergida (ES) en España. En muchos de los trabajos las estimaciones se refieren a varios años, pero para mayor claridad en el gráfico solamente hemos representado las series completas para las tres investigaciones más recientes: Schneider, Buehn y Montenegro (2010), Arrazola et al. (2011) y Schneider (2011). En esta última investigación el último año estimado es precisamente 2011.
Gráfico 1. Tamaño de la economía sumergida en España como porcentaje del PIB. Años 1979-2011
Según las estimaciones seleccionadas, la ES en España oscila entre el 11,69 de Arrazola et al. en 1979 y el 26,2% de Dell’Anno, Gómez-Antonio y Pardo (2007) en el 2000. No obstante, hay dos estimaciones más extremas que no se han representado en el gráfico. La estimación más elevada corresponde a Dell’Anno, Gómez-Antonio y Pardo, que para el periodo 1992-1996 estiman que el tamaño de la ES es de un 29,3%, mientras que Moltó (1980) estima que la ES suponía en 1979 tan solo un 1% del PIB.
Del examen de las estimaciones realizadas del tamaño de la ES en España se pueden extraer las siguientes conclusiones:
1) En las estimaciones posteriores al 2000 el método más utilizado para medir la ES en España son los modelos MIMIC. Sin embargo, hay que tener presente que con estos modelos se puede conocer la evolución en el tiempo del tamaño de la ES pero no su tamaño, obligando a la utilización de métodos complementarios.
2) El problema que plantea la aplicación de los modelos monetarios en España o en los restantes países de la Unión Monetaria Europea es que desde 2002, como consecuencia de la creación del euro, no existen estadísticas sobre el efectivo en manos del público.
3) Si examinamos las tres series representadas en el gráfico 1 se puede comprobar que las tendencias son dispares. La serie de Arrazola et al. (2011), que se extiende desde 1980 a 2007, es casi siempre creciente a lo largo del periodo. En mi opinión el tamaño de la economía sumergida que refleja esta serie en los primeros 15 años es excesivamente bajo. En la serie de Schneider, Buehn y Montenegro (2010), que cubre el periodo 1998-2007, el tamaño de la economía sumergida se mantiene estable en el entorno del 23% del PIB. Finalmente, en Schneider (2011) a lo largo del periodo 2003-2011 el tamaño de la economía sumergida es siempre decreciente salvo un leve repunte en 2009.
4) Como puede verse en el gráfico 1, para el año 2000 aparecen 6 estimaciones diferentes. Aparte de las tres series, se han representado tres estimaciones adicionales, apareciendo el autor Gómez-Antonio en todas ellas y habiéndose aplicado en todos ellos los modelos MIMIC. Sin embargo, las estimaciones del tamaño de la ES en que aparece este autor difieren de forma notable pues oscilan entre el 16,05% en Alañón, y Gómez-Antonio (2005) y el 26,2% en el estudio de Dell’Anno, Gómez Antonio y Pardo (2007).
5) En el estudio de Arrazola et al. se ha partido del supuesto de que el PIB “oficial” (es decir, el PIB estimado por el INE) está totalmente exento de ES, lo cual es erróneo como vimos aquí. Por ello estos autores para obtener el PIB total suman el PIB “oficial” y el PIB de la ES, con lo cual obtienen para 2008 un PIB de 979.331,1 millones de euros del 2000. Si en Japón se hubiera agregado el PIB de la economía sumergida, que es muy bajo, al PIB oficial, entonces resultaría que el PIB per cápita de España superaría al PIB del Japón, expresados ambos en poder de paridad de compra constante. Arrazola et al., además del método MIMIC también aplican un modelo monetario (utilizando la magnitud M1, que no es la adecuada, en lugar del efectivo en manos del público de la cual no se tiene información a partir de 2002) y un modelo de energía. Los resultados sobre la evolución de la ES son similares en los tres enfoques. Aunque los autores lo presentan como una prueba de robustez, esta similitud de resultados no es de extrañar porque en los tres modelos básicamente utilizan dos variables fiscales: la presión fiscal y la proporción de impuestos indirectos. Seguramente la tendencia de las series del tamaño de la ES es muy similar a la tendencia de la presión fiscal en España.
6) Los modelos MIMIC tienen una cierta sofisticación econométrica, pero aparte de tener el inconveniente de no estimar el tamaño de la ES, son una especie de caja negra. En todo caso, para obtener unas estimaciones adecuadas lo relevante es una selección contrastada de los ingredientes, es decir, de las variables introducidas en el modelo de forma que capten los determinantes esenciales de un fenómeno tan complejo como lo es la ES. Si no se procede de esta forma es muy difícil que se pueda reflejar su evolución adecuadamente, independientemente de que se obtengan unos buenos resultados en los contrastes de cointegración.
7) En mi opinión, la mejor forma de obtener unas estimaciones fiables de la ES es a partir de la confrontación de datos de oferta, demanda y rentas. No quiero decir con esto que no se puedan obtener unas buenas aproximaciones con herramientas tales como los modelos MIMIC. Pero, en todo caso, lo relevante no es la aplicación del método en sí misma, que es algo bastante mecánico, sino el análisis y selección de variables.
8) A la vista de toda la información que he manejado me atrevería a decir, a fuer de osado, que la cota inferior del tamaño de la ES está situada en torno al 20%. En cuanto a su evolución en estos últimos 30 años, la ES se ha mantenido en torno a esa cota. Aunque es cierto que la presión fiscal ha subido fuertemente a lo largo de este periodo, lo cierto es que los cambios institucionales y de otro tipo han sido también muy importantes.
La economía sumergida por sectores
No se dispone de información para cuantificar el montante de la ES en cada uno de los sectores económicos, pero las irregularidades detectadas en el mercado laboral puede darnos una indicación de cómo se distribuye, aunque la información disponible desafortunadamente no es muy reciente. En el gráfico 2 se reflejan la proporción de irregularidades laborales por sectores económicos de acuerdo con el estudio de Muro et al. (1988) basado en la Encuesta de Condiciones de Vida y Trabajo realizada por el CIS en 1986.
Gráfico 2. Proporción de irregularidades laborales por sectores
En este gráfico los grandes sectores están representados en verde oscuro. El sector con mayor porcentaje de ES es la agricultura, donde la proporción de irregularidades es del 30,9%, mientras que corresponde al sector industrial el menor porcentaje (15,7%). Sin embargo, dentro de este último sector hay varias ramas con un porcentaje elevado de irregularidades laborales: confección (43%), calzado (38%), textil (34,0%) y cuero (32,0%). En el sector de servicios destaca por el elevado porcentaje de irregularidades el servicio doméstico (60,0%), pero también son importantes, aunque muy distanciadas, las irregularidades en hostelería (26,0%) y servicios personales (26%).
En mi opinión, actualmente debe seguir siendo elevado el porcentaje de irregularidades laborales en servicio doméstico, agricultura, hostelería y servicios personales. En cambio, en las ramas industriales mencionadas el porcentaje de irregularidades debe ser ahora mucho menor debido al fuerte proceso de deslocalización que se ha producido en estos últimos años.
La economía sumergida por autonomías
En un estudio que se cita en Serrano et al. (1998), este grupo de investigadores aragoneses examinó la ES de las comunidades autónomas bajo dos perspectivas. Por una parte, estimaron la renta sumergida a través de las discrepancias entre renta y gasto que se observan en las Encuestas de Presupuestos Familiares. De otra, y como una información complementaria, elaboraron un índice de irregularidades en el mercado de trabajo para las que se dispone de una buena información a nivel territorial. A partir de los resultados obtenidos en ambas aproximaciones este equipo estableció una tipología de comunidades autónomas divididas en cuatro grupos, que son las que aparecen en el gráfico 3. Un primer grupo está formado por las comunidades con menos renta sumergida que la media y menos irregularidades laborales que el promedio (Aragón, Asturias, Cantabria, Navarra y País Vasco). En el otro extremo, se encuentra un conjunto de comunidades con más renta sumergida y más irregularidades laborales que la media (Baleares, Canarias, Cataluña, Valencia, Galicia y Murcia). En una situación intermedia figuran los otros dos grupos. Por una parte, las comunidades con más renta sumergida y menos irregularidades que la media (Castilla y León y Madrid) y por otra, aquellas con más irregularidades y menos renta sumergida (Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Rioja).
Yo, no es por discrepar, o si, pero veo varios errores de concepto. Antes de nada decir no soy economista, ni ganas tengo de ello…
En primer lugar he observado lo único realmente clarificador del artículo es título del post:
“Economía sumergida en España.”
Es decir, está sumergida porque alguien la ahoga. El caso es, ahora está ahogada y sumergida,…, tanto una como otra.
Veo otro error de concepto. El cálculo se refiere exclusivamente a las relaciones entre dos o más entes económicos. Tenemos pues, “economía” se asimila a mercado, intercambio. Claramente erróneo.
¿Por qué no se incluyen por ejemplo los rendimientos de un huerto particular o los realizados con trueque? Recordemos antaño, los impuestos , malditos impuestos, eran sobre ello. Eso era la economía,…
Pues la razón, a mi modo de ver es bien simple. La especialización, acelera y aumenta la producción (hace residual lo anterior) y a su vez es más fácil de controlar. Por ello, los Estados-Chupones, se han apuntado al arancel a la producción-mercado. Pero claro, el problema a ello es, claramente se perjudica la economía, ralentizandola, al detraer los ya de por si recursos escasos.
En España se ha solucionado con endeudamiento, la carencia de ahorro (excedente-excedente de producción), solución fatal, pero cuando ello pinchó surgió el gran problema fiscal de Estado-Chupón español, parte sin duda del problema.
Pero, se hace de este modo, porque el arancel, diezmo se a transformado en 40-50% de la producción para el sector público. Cualquiera diría esto es comuniscapitalismo. Yo soy partidario del mercado, mas que nada por la la libertad,…
Algo también desincentivaría, el ataque al huerto, a la chapuza del trueque,…, etc, es la gente percibiría con mayor claridad el Estado les quita la mitad del plato cada vez (además esta economía es residual ahora). Y, eso puede llegar a cabrear mucho,…, no como ahora, con ayuda de la estructura don-dinero de la nada (of thin air: economía parásita. Véase inflación) lo puede hacer de forma totalmente oculta como sabemos para trabajadores, consumidores, y demás operadores económicos, desconocen la mayoría de lo que pasa a sus rendimientos por producción.
Resumiendo, la economía está sumergida cuando está bajo el agua, ahogada por el contexto.
Yo tampoco incluiría la prostitución y similares actividades no reguladas como economía ilegal, en tal caso economía alegal.
Respecto a las drogas, mas de lo mismo, considerar que el lucro es el modificador de un concepto idéntico es cogerlo con papel de fumar. Por ejemplo, comparemos cooperativas de producción auto-consumo de marihuana (actividad económica provee la demanda a sus consumidores), con lo mismo solamente que la diferencia es se cobra por los servicios. Una es legal y otra ilegal, ¿dónde está la diferencia?