En la última etapa expansiva que precedió a la profunda crisis iniciada en 2007, la economía española destacaba por la intensidad del proceso de capitalización llevado a cabo, superior a la registrada por la mayoría de nuestros socios europeos. El capital se acumulaba a ritmos muy elevados e incluso mantenía el ritmo inversor en niveles similares a los de las décadas previas, en un contexto internacional de ralentización del ritmo de avance de la acumulación de capital. El esfuerzo inversor, es decir, el porcentaje que representa la inversión en relación al PIB (FBCF/PIB), alimentado por el boom inmobiliario, alcanzaba un máximo histórico del 31% en el 2007 (gráfico 1), porcentaje nunca antes registrado en nuestro país desde las más remotas estimaciones de mediados del siglo XIX, y solo comparable al de algunos países asiáticos como China o India.
La crisis financiera internacional iniciada en verano de 2007 y en la que todavía nos encontramos inmersos, ha roto esta tendencia y, en el transcurso de tan solo cuatro años, el esfuerzo inversor se ha reducido en nueve puntos porcentuales (hasta el 22%), como consecuencia del descalabro de la inversión, muy superior a la caída registrada por el PIB, volviendo a los niveles de principios de la década de los noventa del pasado siglo.
¿Cuáles son los rasgos más relevantes de las dotaciones de capital actuales de la economía española?, ¿cuáles han sido los efectos de la crisis sobre la acumulación de capital? y ¿qué sectores y activos se han visto más afectados por la misma?, son algunas de las cuestiones a las que se va a responder en esta entrada.
La reducción del ritmo inversor durante los años de la crisis ha sido de tal magnitud que ha producido una desaceleración notable de la acumulación de capital. Por primera vez desde 1964, año de arranque de las estimaciones de las series de stock de capital para la economía española que la Fundación BBVA y el Ivie vienen desarrollando conjuntamente desde hace casi dos décadas, se produce una caída en los niveles de capital neto (riqueza) nominal en el año 2009, el de mayor azote de la crisis, que se eleva a 80 millardos de euros, recuperándose levemente al año siguiente (gráfico 2). El 95% de esa reducción ha sido consecuencia del proceso de ajuste de los activos residenciales (precio y cantidad), tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. (Pinchar aquí para ver con más detalle el comportamiento de los precios de la vivienda). El 5% restante tiene su origen en el comportamiento de la maquinaria y el equipo, activos más directamente relacionados con la producción.
Sin embargo, en términos reales no se ha producido una caída en los valores absolutos gracias al ajuste a la baja de los precios, sino una desaceleración del ritmo de crecimiento, pasando de una tasa media anual de crecimiento del 4% en el periodo expansivo al 2,5% en el periodo de crisis (gráfico 2).
Este es uno de los resultados que pueden obtenerse haciendo uso de la última actualización del banco de datos elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie: El stock de capital en España y su distribución territorial y sectorial, disponible aquí. Los nuevos datos presentan varias novedades importantes con respecto a las anteriores versiones de la base de datos:
- Nueva metodología. Se ha revisado la metodología de estimación de las series de capital, ajustándola a las últimas recomendaciones de la OCDE de 2009. Las consecuencias cuantitativas del cambio metodológico no son importantes y tienen la ventaja de converger con el procedimiento seguido por el Bureau of Labor Statistics y el proyecto EU KLEMS.
- Ampliación de la base de datos. Se ha completado la parte sectorial de la base de datos que hasta ahora estaba ausente, y se ofrece por primera vez los datos por activos y sectores con desagregación territorial, por comunidades autónomas y provincias.
Dotaciones de capital de la economía española
El capital neto acumulado en 2010 alcanza los 3,4 billones de euros, es 5,5 veces superior al nivel existente en 1964. El 45% del mismo está materializado en viviendas (capital residencial). La parte no residencial se distribuye entre la economía de mercado o sector privado, con un porcentaje algo inferior al de las viviendas (42%), y el sector público (panel a del gráfico 3).
Detalle sectorial
Desde el punto de vista sectorial, se observa la importante ganancia del sector de servicios de mercado en el agregado de capital privado no residencial (panel b del gráfico 3). El peso de este sector supera el 60% del capital neto privado no residencial en 2010, porcentaje que más que duplica el peso del sector industrial (incluyendo la energía). La participación en el agregado del resto de grandes sectores, agricultura y pesca y construcción, no supera en ningún caso el 10%. El sector servicios ha aumentado su presencia de forma sostenida, duplicando su peso inicial en el stock a costa del sector industrial, que ha perdido 17 puntos porcentuales y en menor medida del de agricultura y pesca, donde la merma ha sido de 10 puntos porcentuales. El sector de la construcción se ha caracterizado por un marcado perfil cíclico y no ha variado su peso en los extremos del intervalo.
Detalle por tipo de activo
La otra perspectiva de la base de datos, por tipo de activo, muestra un capital fuertemente orientado hacia los activos de la construcción (panel c del gráfico 3). Los activos residenciales y el resto de activos de la construcción, que incluye a las infraestructuras públicas y otro tipo de construcciones no residenciales (edificios de oficinas, naves industriales…), se reparten casi a partes iguales el 88% del total del capital neto en el 2010. Este porcentaje es el resultado de un proceso de reducción, con altibajos, del peso de las viviendas y de un crecimiento sostenido del otro tipo de construcciones. El resto del stock se concentra en maquinaria y equipo (12%), que ha reducido su participación en más de diez puntos porcentuales en las últimas cinco décadas, en favor de los activos de la construcción no residencial.
La crisis iniciada en 2007 supuso una caída de 1,5 puntos porcentuales en la tasa de crecimiento del capital neto real agregado respecto al último periodo expansivo (4%). El equipo de transporte fue el activo más afectado por la crisis, que pasó de crecer a una tasa media anual del 7% a un -1,2% en los tres últimos años (gráfico 4). El resto de activos sufrieron desaceleraciones importantes, excepto las infraestructuras públicas que escaparon a esta tendencia gracias al importante esfuerzo realizado en infraestructuras ferroviarias.
Los resultados a nivel nacional que se han presentado en este blog son una breve selección de los muchos aspectos que pueden ser analizados a partir del banco de datos elaborado por la Fundación BBVA y el Ivie. En una próxima entrada ofreceremos los resultados de la explotación de la vertiente regional, aprovechando la incorporación de la nueva perspectiva sectorial y poniendo especial énfasis en los efectos de la crisis sobre la acumulación de capital.
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