La cumbre europea ha dejado un cierto poso de optimismo, después de muchos meses de desazón, sobre el futuro del euro. Además, el escueto pero importante comunicado de los miembros de la Eurozona tiene en España uno de sus principales beneficiarios porque la ayuda a los bancos podrá ser una ayuda directa y sin subordinación de otros tipos de deuda y porque en breve se espera que se desarrolle alguna maniobra conjunta para reducir los tipos de interés de los bonos soberanos.
Es solo el comienzo pero es un punto de referencia alentador. En todo caso, los retos siguen siendo los mismos. La Eurozona tiene los suyos y España debe mantener sus esfuerzos también.
En lo que se refiere a los estados que conforman la moneda única, debe avanzarse hacia la unión bancaria y fiscal con firmeza. La unión bancaria será, con toda probabilidad, el elemento de integración en el que más y más rápido se avance. Se espera que en octubre esté desarrollado el acuerdo y que, para diciembre, el Banco Central Europeo pueda comenzar a asumir funciones de supervisión en toda la Eurozona. Parece un espacio de tiempo demasiado corto pero, dadas las urgencias del momento, es de agradecer que se plantee acometer cuanto antes estos importantes avances. En todo caso, para desarrollar una plena integración bancaria serán necesarios otros muchos elementos. El esquema presentado recientemente (con proyecto de directiva europea incluido) por el comisario del Mercado Interno, Michel Barnier, apuntaba a estos elementos. En este artículo publicado en El País el pasado 7 de junio, tuve la oportunidad de repasar algunos elementos de este proyecto de unión bancaria.
Entre otros elementos, el proyecto de unión bancaria contempla un fondo de resolución común para los problemas bancarios que, idealmente perseguiría que los episodios de insolvencia bancaria de una entidad financiera europea fueran cubiertos por un fondo en el que participan otros bancos de la UE (en línea con lo acordado estos días en la cumbre europea) y, como importante complemento, la creación de un seguro de depósitos único. Entre las múltiples implicaciones y elementos de discusión pendientes está por ver -y será muy importante- hasta qué punto este fondo y esta unión será para todas las entidades financieras o solo para las más grandes. También está por ver si los tenedores de preferentes y de bonos con menos garantías compartirán con los accionistas los costes de resolución de quiebras bancarias. Los precedentes de anteriores crisis apuntan a un papel de estos inversores en el proceso de resolución, que tuvieron que asumir parte de esos costes.
En cuanto a la unión fiscal, los avances serán obligados también. Entre otras cosas porque para Alemania es una condición innegociable y, además, parece tener todo el sentido del mundo -a la luz de los acontecimientos y de la crisis de la deuda soberana- que se concrete cuanto antes una unión fiscal. No hay mejor cortafuegos para atajar el riesgos soberano que una unión fiscal. Lo que ocurre es que con esta unión entramos en el capítulo de las asunciones. Y será necesario (que no fácil) asumir esa pérdida de soberanía que relativizará mucho el papel de los estados y todas sus administraciones locales y regionales, al menos en lo que respecta a cuánto gastar.
Luego están los deberes propios de España. Tras la cumbre, este sábado 30 de junio, publicaba en Cinco Días este artículo en el que trataba de mostrar, de forma muy resumida, estos deberes.
Respecto a estos deberes para la economía española, se podrían destacar tres:
– Por encima de todo, la necesidad de avanzar hacia un modelo de crecimiento menos dependiente de la financiación exterior y más basado en la propia competitividad de la economía española. No es una tarea fácil y puede llevar años, además de suponer sacrificios importantes y la fijación de un esquema de incentivos adecuados para las empresas y sectores más competitivos. Sin crecimiento económico, todos los demás retos (financiero, fiscal, etc.) serán muy complicados de resolver. Por eso, acuerdos para el crecimiento como los recientemente aprobados en la UE pueden ser muy convenientes pero deben contar con recursos mucho mayores de los que ahora se están barajando.
– En segundo lugar, cerrar los aspectos de la condicionalidad financiera y fiscal. En primer lugar, es preciso cerrar la recapitalización del sector bancario, negociando y asumiendo las condiciones que impondrá la UE y que habrán de ser la hoja de ruta final que cierre los múltiples vaivenes regulatorios a los que se ha sometido al sector desde 2009. Por otro lado, la condicionalidad fiscal va ser tanto o más importante y va a suponer probablemente mayor imposición fiscal (IVA, por ejemplo) y esfuerzos muy importantes de todas las administraciones que, por supuesto, repercuten en el contribuyente.
– Finalmente, tanto la condicionalidad financiera como la fiscal deben orientarse a la reducción de la deuda pública y, sobre todo, privada que atenazan y comprometen la afluencia de inversores y el crecimiento de la economía. Esto va a suponer, en sí mismo, completar otros ajustes como el de los precios de los activos inmobiliarios, que se considera un indicador de referencia sobre la necesaria corrección de los desequilibrios asumidos.
En definitiva, quedan numerosos retos e incertidumbres por los retos pero, tal vez, la cumbre ha sido un primer punto de referencia que pueda aliviar algo las tensiones financieras. Eso sí, si queremos que desaparezcan esas tensiones para nuestro país, la Eurozona y sobre todo España van a tener que seguir una estrategia creíble y firme en sus respectivos objetivos.
este artículo ha sido muy instructivo, yo tambien comento en mi blog un artículo sobre la primera crisis del euro y las consecuencias para España que os puede resultar interesane, es una sintesis sobre un articulo de Paul Krugman (premio nobel de economia).en el diario el Pais.
¿De verdad usted cree que la solución consiste en generar más Deuda (a través de la compra de bonos por parte del BCE)? ¿Considera que eso supone un logro? En mi opinión, eso no hará más que aumentar más la burbuja de Deuda que nos atenaza (no sólo a España, no sólo a Europa, sino a EE.UU. y a muchas otras economías del planeta); es pan para hoy y hambre para mañana, es vivir por encima de las posibilidades pretendiendo que otros paguen los desmanes propios. Creo que su artículo no incide más que en atajar un problema económico puro (de competitividad y solvencia) como si fuera de carácter político (con constantes intervencionismos discrecionales). Si creemos que la solución está en el intervencionismo y no en el libre-mercado (con asunción de quiebras y responsabilidades en lugar de con constantes rescates y consiguientes contagios y agravios económicos), es que no sólo no hemos aprendido nada de esta crisis múltiple sino que nos empeñamos en no salir de ella y en aumentarla (extendiéndola a economías sanas y productivas, como la alemana). Fíjese, si no, en cómo ha contagiado el sector de las Cajas de Ahorro de España (de las cuales usted dirigía sus Estudios Financieros) al total del sector financiero español: han dañado su imagen internacional, han financiado los delirios y corruptelas de numerosos políticos, le han hecho una «competencia desleal» (al ser rescatado por el sector público) frente al sector de los bancos comerciales y han hundido los valores en Bolsa de grandes entidades como BBVA y Santander. Don Santiago: menos Política y más Economía libre, que lo que están haciendo se llama «socializar las pérdidas» empobreciéndonos a (casi) todos.
Un saludo.
Le agradezco su comentario pero creo que o bien yo no me he explicado
bien o usted está confundido, tanto en sus interpretaciones como en sus
valoraciones personales y profesionales. Me explixo:
1. Supongo que se refiere a mi artículo en El País del pasado viernes.Yo
no estoy a favor de «generar más deuda» y las compras del BCE no la
generan. En este punto, además, caben pocas opciones y los costes de
financiación de España y otros países de la Eurozona no son asumibles,
ni tampoco aceptables. El mercado monetario está roto y hay que frenar
la especulación con deuda soberana. Usted habla de quiebras pero la que
se deduce de sus palabras es la propia quiebra de un país, lo que no
comparto en absoluto.
2. Yo dirijo desde hace ya muchos años el Departamento de Estudios
Financieros de Funcas, que es una fundación de investigación de la
Confederación Española de Cajas de Ahorros. Repito, una fundación de
investigación, sin poder decisorio ni ejecutivo en el ámbito de las
cajas. En todo caso, por cierto, desde 2003 he realizado y coordinado
numerosas investigaciones y artículos de divulgación alertando de muchos
de estos desequilibrios.
3. Habla usted del libre mercado pero es en los países donde el libre
mercado goza de mayor tradición donde se ha dado el mayor
intervencionismo monetario y los mayores rescates.Por cierto, que la
competencia en toda Europa ya comenzó a afectarse en 2008 y 2009 cuando
se produjeron rescates bancarios en grandes países europeos.
No pretendo abrir ningún debate en este sentido y menos con valoraciones
personales pero he creído necesario contestarle. Gracias en todo caso
por sus comentarios