El otro día llevé a mi padre al trabajo. Es una empresa que está situada en un polígono industrial a las afueras de la ciudad de Valencia, hacía por lo menos 10 años que no pasaba por allí. Lo sorprendente del hecho no es que la empresa sobreviva ni que mi padre conserve su puesto de trabajo, sino que cuando llegamos no reconocí casi nada del lugar que anteriormente visitaba con frecuencia. Lo que antes eran tres o cuatro naves industriales rodeadas de campos de naranjos y un bar de bocadillos de tortilla de patata y menús a 350 pesetas, se ha convertido en un inmenso polígono industrial con miles de metros cuadrados de suelo de uso productivo.
La transformación en el uso del suelo es uno de los elementos que se analizan en el informe “El stock de capital en viviendas (1990-2010) y en otras construcciones en España (1990-2009), y su distribución territorial” del que ya hablé aquí. Entre los distintos usos del suelo, se analiza el ocupado por edificaciones, como viviendas y otras construcciones vinculadas a la actividad de sectores productivos, pues es el que representa una mayor relevancia económica.
En la entrada anterior analizaba los resultados obtenidos para la estimación del valor del stock de capital en viviendas hasta 2010. A continuación, me centraré en la estimación del valor del stock de capital asociado a otras construcciones, como locales, naves industriales u oficinas.