En estos tiempos tan revueltos conviene más que nunca poner en cuestión algunas de esas viejas y tranquilizadoras certezas que han tendido a conformar nuestra visión del mundo y que van desde lo más trivial a lo más importante. Empezando por lo realmente trascendental, ¿qué decir de aquel axioma que establecía que “El fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once detrás de un balón, y al final siempre gana Alemania”? Volviendo a los asuntos triviales nos encontramos con ese perverso organismo internacional similar en sus objetivos y métodos a los de Spectra y bien conocido por sus tres siglas: МВФ. Bueno, eso es en cirílico, también se le conoce como IMF o FMI, pero МВФ resulta más siniestro. En definitiva, esa organización cuyo objetivo es sumir al planeta en el caos más absoluto mediante la técnica de los planes de ajuste o estabilización.
El proceso es bien conocido: países ingenuos con economías, instituciones y políticas modélicas por motivos desconocidos se ven necesitados de grandes cantidades de financiación y ni sus ciudadanos, bancos o empresas ni, especialmente, los de otros países están por la labor sea por ignorancia, envidia o pura maldad. He aquí la oportunidad para el FMI, que ni corto ni perezoso obliga al país a aceptar sus préstamos condicionados a una buena estabilización. En fin, un auténtico quinto jinete del Apocalipsis.
El FMI como toda institución venerable ha ido adquiriendo ciertos tics con el paso del tiempo. Uno de ellos es que la dirija un ciudadano europeo, a poder ser de la dulce Francia. Otro, que en sus informes sobre España, llueva o haga sol, insista en la necesidad de reformar el mercado de trabajo (ver 1999, 2004, 2008 o 2011, o el año que a cada uno le dé menos rabia). ¿Otra muestra más de su maldad? Dejémonos llevar por la duda como Descartes (en todo suele haber algún francés por medio) y supongamos que lo dicen con buena intención. ¿Por qué el Fondo piensa que podría ser útil seguir su consejo? ¿De qué se supone que nos serviría a nosotros?
Un reciente Documento de Trabajo de Florence Jaumotte dedicado al caso español puede darnos bastantes pistas al respecto. Solo pistas porque se trata del МВФ y, como se advierte en la primera página, “This Working Paper should not be reported as representing the views of the IMF. The views expressed in this Working Paper are those of the author(s) and do not necessarily represent those of the IMF or IMF policy. Working Papers describe research in progress by the author(s) and are published to elicit comments and to further debate”. Ya que lo piden, comentemos un poco el documento y contribuyamos a ese debate.
Para empezar, ese trabajo indica que incluso durante el reciente boom (y aquellos grandes descensos del desempleo cada día más lejanos) la tasa de paro natural de equilibrio española apenas se redujo, manteniéndose cercana al 15%. Veámoslo en un gráfico de ese documento:
Para cambiar esa situación el documento propone lo de siempre: reformas estructurales, especialmente en algunos de los aspectos que más nos diferencian de otros países y, en particular, la reforma de la negociación colectiva y la indemnización por despido en los contratos indefinidos. El trabajo indica que ese tipo de reformas ya habría demostrado su utilidad en el caso de otros países, reduciendo la tasa natural de paro (o sea, reducciones más allá del “espejismo” de booms temporales).
Pero lo más interesante del trabajo es que, además de dar otra vez la conocida receta, estudia empíricamente el caso español comparándolo con el resto de la UE. Eso le permite ofrecer estimaciones de los efectos de diferentes reformas estructurales en tres escenarios: average EU15 (España hace en ese ámbito lo mismo que la media de la UE15), minimum EU15 (si España hiciera lo que hace el país con mejor diseño en ese ámbito de cara al desempleo) y Policy Change (España adopta la combinación de medidas señaladas en la nota 2 del cuadro). Para no alargarnos demasiado, centrémonos en los resultados relativos a los efectos en términos de reducciones de la tasa de paro:
Así que es posible que el Fondo nos recomiende machaconamente sus recetas porque piensa que nos vendrían bien. Estos resultados muestran la crucial importancia de reformar adecuadamente la negociación colectiva. Los efectos estimados de esa reforma son de una magnitud mucho más importante que los de cualquier otra. Al menos 6,5 puntos menos de tasa de paro a largo plazo (aproximadamente 1,5 millones de parados menos). Pero los resultados también indican que los efectos de las reformas llevarán su tiempo. Basta comparar las cifras de los efectos a corto plazo (Short-Run Effects) con los de largo plazo (Long-Run Effects). Razón de más para empezar cuanto antes y no andar mareando la perdiz con medidas que, incluso antes de ser aprobadas y contrastados sus efectos, son calificadas como de probablemente insuficientes o que incluso cuando son aparentemente alabadas lo son con la sospechosa coletilla de que “hay que profundizar en las reformas”. Cambiar es siempre incómodo, pero al final compensa si es en la dirección adecuada. Aunque el fútbol lo hayan inventado los ingleses y se juegue once contra once, se ha demostrado que si España juega como tiene que jugar gana. Y sino que se lo pregunten a los alemanes.
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