Vivimos tiempos complicados en todos los niveles. No solo nos encontramos en una tesitura económica muy difícil, sino que todo el sistema político, social y hasta cultural en el que hemos vivido y por el que hemos peleado está haciendo aguas por todas partes. Las prestaciones y logros sociales se tambalean; el pueblo, que parecía estar dormido, ha despertado al terror de un desempleo masivo, y se rebela ante un sistema y unos dirigentes aparentemente inoperantes. En este contexto, la única medida impuesta desde Europa es la austeridad, el recorte del gasto, lo que lleva a la sociedad a preguntarse por la sostenibilidad del llamado estado del bienestar.
Los tiempos de fuertes crisis, sin embargo, son a la vez, tiempos de oportunidad. Oportunidades para realizar cambios valientes y decididos, para cuestionarse la forma como hemos venido trabajando y desarrollando nuestras sociedades, y quizá son la ocasión (puede que forzada, pero real), de plantearse cómo cambiar para sobrevivir. Porque en ciertos momentos (y este es uno de ellos), podemos afirmar que sin cambios no hay salida.
La Universidad, como cualquier otra institución, se está viendo golpeada desde el punto de vista financiero. (más…)