¿Es cierto que España es un país cada vez más envejecido? ¿Es este un elemento negativo? Níger o Zimbabue son países con una edad media de su población menor, es decir, están menos envejecidos, pero… ¿viven mejor sus ciudadanos? Parece que no, pues ocupan los últimos puestos en el ranking mundial de desarrollo humano. ¿Cómo medir, pues, el envejecimiento de una sociedad y cómo valorarlo? ¿Qué indicador es el más apropiado?
Utilicemos dos indicadores distintos para medir las ganancias en años de vida. El más conocido es la esperanza de vida al nacer, que informa de los años que espera vivir un individuo en el momento de su nacimiento. El segundo indicador es el potencial de vida per cápita, que podríamos definir como lo que le resta por vivir a un individuo que posee la edad media de la población donde reside. La esperanza de vida al nacer se utiliza cada vez más como indicador general de desarrollo, pero su evolución histórica indica que el crecimiento de la esperanza de vida se acompaña de un envejecimiento de la estructura de edad de la población. El potencial de vida integra tanto la estructura de edad de la población como la esperanza de vida de sus individuos a la edad actual y permite estimar el efecto negativo del envejecimiento, plasmándose en una reducción del indicador, como muestra este trabajo de Goerlich y Pinilla.
Si prestamos atención a los mapas 1 y 2, procedentes de este trabajo de Herrero, Soler y Villar, observamos que considerando la esperanza de vida (mapa 1) las provincias que presentan un mayor valor del indicador son las del área centro-norte, coincidiendo con algunas de las que muestran un mayor envejecimiento de la población, mientras que en el mapa 2 las provincias que están situadas en el tercil superior son las de la costa mediterránea y grandes ciudades, que son las más dinámicas poblacionalmente y las que registran mayor densidad de población, según este estudio de Goerlich, Mas, Azagra y Chorén.
¿Cómo han evolucionado en el tiempo estos indicadores?
El gráfico 1 nos muestra la evolución temporal de la series de esperanza de vida al nacer y de potencial de vida per cápita para España y Japón. En el caso español se observa que desde el comienzo de los 80 se produce una reducción del potencial de vida per cápita, consecuencia del proceso de envejecimiento de la población española. El caso de Japón es similar: desde finales de los 70 se registra el fenómeno del envejecimiento. Sin embargo, la esperanza de vida ha seguido creciendo puesto que no recoge los cambios en la estructura demográfica de la población.
¿Qué supone ser un país cada vez más envejecido?
El envejecimiento de un país se produce debido a que la esperanza de vida ha crecido proporcionalmente más de lo que lo ha hecho la natalidad. Por ello encontramos, cada vez, mayor proporción de población de más edad respecto a la más joven. Lo óptimo para un país consistiría en ir aumentando ambas variables, tanto la esperanza de vida como la natalidad, y así conseguir más años de vida para la población, y una población joven capaz de hacer sostenible económicamente este incremento de población inactiva. Sin embargo, este no ha sido el caso de España.
Podemos plasmar el envejecimiento de la población en la evolución de dos indicadores: el incremento en la esperanza de vida y la reducción del potencial de vida per cápita, y además podemos realizar diferentes lecturas. La primera de ellas, a mi entender, debe considerarse como un elemento positivo para el país, pues supone un verdadero logro haber conseguido aumentar los años de vida de un sociedad concreta, gracias a las mejoras generalizadas en la sanidad y condiciones de vida. Por otro lado, encontramos el incremento de la tasa de dependencia de la población mayor de 64 años, que supone un incremento del peso de la población inactiva sobre la activa y abre el debate sobre la sostenibilidad financiera del sistema de Seguridad Social.
Este incremento de población de 64 y más años me sugiere una pregunta: ¿no es posible aprovechar el capital experiencia de aquellas personas que ya retiradas de su profesión, todavía pueden aportar valor añadido al proceso productivo vía transmisión del conocimiento adquirido en su vida laboral? Esta situación podría ser adecuada para las profesiones que podemos denominar altamente cualificadas, que son las comprendidas entre los grupos 1 a 3 de la Clasificación Nacional de Ocupaciones, es decir, directivos, técnicos y profesionales.
Vivir, pues, en un país con un peso cada vez más elevado de las generaciones de mayor edad no debería ser un problema si los legisladores son capaces de garantizar un futuro económicamente sostenible, y además aprovechamos el conocimiento acumulado en estas personas más experimentadas. Después de todo, apostando por el aumento de años de la población hemos de tener en cuenta que “lleva mucho tiempo llegar a ser joven” como dice el título, Picasso y mi buen amigo, el Barón Dandy.
Efectivamente, it takes a long time to become young.
Angel, me ha gustado tu post. El problema es saber compaginar aprovechar la experiencia, pero dejando espacio a los jovenes. El problema de España no es sólo el envejecimiento de la población, sino la inadecuación de la estructura productiva con la educación de los jóvenes, a los que, me temo, les va a seguir costando mucho más de lo necesario encontrar su lugar en el mercado de trabajo y empezar a madurar para poder ser jovenes de nuevo alguna vez en el futuro
Carmen
Efectivamente van a ser los jóvenes los que van a tener que realizar ese cambio productivo, haciendo uso de su capital humano. Son ellos quienes van a soportar y están soportando el coste del ajuste puesto que, como bien dices, no han encontrado su lugar en el mercado de trabajo, y lo que es peor, no saben cuándo lo van a encontrar. Sin embago, en un sociedad que debe buscar el cambio del modelo productivo no se debería desperdiciar el conocimiento acumulado por tantos trabajadores que estando en condiciones de “aportar” se les retira o jubila, incluso anticipadamente.
Tanta preocupación por las guerras, y al final es una gripe la mayor catástrofe poblacional de España en el S.XX…