Hoy tocaría comparar por extenso dos alternativas que las personas pueden plantearse a nivel individual ante la falta de empleo y algunas de sus implicaciones a nivel macroeconómico. Pero en plenas fallas, más que entradas de blog, lo que pide el cuerpo son churros y sobre todo buñuelos. O también puede uno empezar con una pizca de análisis pinchando muy rápido aquí, para pasar luego a los buñuelos con más calma y, si anda por Valencia, acercarse a la mascletà de las 2.
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decigarrasyhormigas: blog de economía 
Sin duda, el sistema de oposiciones genera una ‘carrera’ en la que mucho talento se desperdicia.
El problema del sistema de oposicones (frente a la contratación a discreción del jefe y petición de resultados/responsabilidades al contratado y al jefe) es el enchufismo casi consustancial a la mentalidad española (primo, ya que contratas para el ayuntamiento mete a mi chaval).
Una idea sería que los temarios de las oposiciones fueran más versátiles y que los que se metan en la ‘carrera’ a opositar obtuvieran una formación válida no sólo para ser funcionario sino para el mundo laboral. Sólo hay que ver los temarios de las oposiciones (¿para qué quiere un conserje saberse el estatuto de autonomía correspondiente? ¿no sería más útil una prueba de cerrajero o recomponer un cuadro eléctrico?) para darse cuenta de lo que digo.
Un saludo